Se trata de uno de los cafés-restaurantes más antiguos y con más tradición de Barcelona, un local con más de 120 de historia en la avinguda Paral·lel. Tras ser testigo de los cambios en la Ciudad Condal, el Antic Café Espanyol urgía de la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos, y lo ha hecho con una reordenación de los espacios con un diseño diáfano que une pasado y presente.
En el aspecto funcional, se optó por una configuración abierta tipo cocina americana; lo que contribuye a una mejor comunicación visual de la marca. El principio del proyecto fue mantener la esencia del restaurante, que hasta el momento daba todo el protagonismo a su terraza. La versión renovada busca aprovechar el máximo el espacio, y dejar que esa luz exterior entre proporcionando un mayor confort, luminosidad y bienestar; a la vez que se acerca el interior a la calle.
El comedor también se redistribuyó relegando la cocina al fondo del local, y a su vez, haciéndola más grande y abriéndola visualmente al comensal. De esta forma, la sala ganó en amplitud y en protagonismo. De este modo, el comensal encuentra un gran espacio diáfano en primer plano rodeado de una cocina abierta, una barra de bar, un expositor mural de vinos, una llamativa bodega subterránea.
Completa la esencia el uso de materiales como maderas claras, pavimentos luminosos, contrastes relajados, metales y pátinas, luces cálidas y bancos de tren tapizados; así han conseguido generar un ambiente acogedor y actual, enmarcado con colores suaves.
La propiedad del restaurante Antic Café Espanyol valora muy positivamente el balance de la remodelación del local, y asegura que tras el cambio de imagen “hemos experimentado una gran aceptación y un notable aumento de comensales desde la reinauguración”.