Y como cada grupo objetivo, los milenials esperan cosas muy concretas de sus alimentos: “deben tener un sabor más ligero, ingredientes sorprendentes y una transparencia en todas las áreas de la producción. Además, exigen un equilibrio entre el placer y la salud. ¿Y cómo es la tarta perfecta para esta nueva generación? ¡Casual! Se puede comer cuando, donde y como ellos quieren. Aspecto informal, atractivo y placer extraordinarios”, explican.
Todas estas expectativas de los milenials cumplen las nuevas Casual Cakes de erlenbacher. "Y lo más importante de las nuevas tartas: por su aspecto superactual de Naked Cake, se ve lo que se come y se saborea lo que se ve - capa por capa. La imagen fresca de estas nuevas tartas entusiasma a los más curiosos", dicen.
Erlenbacher las define así:
- Tarta de Caramelo y Zanahoria: Hay muchas razones para amar una tarta de zanahoria. La dulzura natural de las zanahorias y el pleno sabor de las almendras armonizan a la perfección en esta tarta. Además, la frescura del skyr casa muy bien con la dulzura del caramelo para darle un toque moderno y contemporáneo. Tres sabrosos y jugosos pisos de bizcocho de zanahoria alternan con capas de nata, skyr y vainilla. Encima hay una combinación cremosa y crujiente de nueces y caramelo.
- Tarta de Chocolate y Cereza: El chocolate es la clásica tentación dulce, también en los Casual Cakes. Entre tres bases jugosos y achocolatados de brownie se presentan una capa de nata de cacao y otra capa de nata de cerezas. Por encima chocolate ligeramente crujiente y como colofón cerezas dulces que no solo ponen un acento de color muy llamativo, sino también un toque muy especial al chocolate.
- Tarta Red Velvet: Chocolate blanco, queso fresco y nata consiguen una armonía perfecta. ‘Velvet’ significa terciopelo. Un mordisco de la Tarta Red Velvet es suficiente para entender por que se merece este nombre. Suave y tierno como terciopelo se deshace en la boca. Esto se debe a los tres pisos ligeros de muffin que están cubiertos por una capa de nata con queso fresco cremoso. Su intenso color rojo que contrasta a la perfección con las capas blancas de nata y queso fresco es fruto de la remolacha roja. Un placer 100% natural. Las virutas de chocolate blanco en el acabado convierten a este manjar jugoso en una experiencia sensorial única.