En este sentido, los datos evidencian que cuanto más se aleja un turista de su país de origen mayor es su propensión al gasto. De hecho, el incremento de los ingresos por parte de turistas coreanos y chinos, que aumentaron un 79% y un 16% hasta marzo, respectivamente, contribuyó a invertir en el arranque de año la tendencia negativa (-5%) con la que España cerró 2018.
Teniendo en cuenta que el turismo de compras es un turismo de ciudades y no de países, Barcelona fue la ciudad española que más incrementó sus ingresos por shopping de extracomunitarios, con un 19% en el primer trimestre, seguida de Madrid, con un 11%.
De esta forma, dado que la capital catalana es la ciudad que más cuota de ingresos por compras de turistas extracomunitarios concentra, lo que allí ocurra afecta y mucho al resultado total, demostrando que debe haber una política turística común dentro de España para la captación del viajero de larga distancia. Por esta razón, se hace necesaria una mayor coordinación y colaboración entre las diferentes administraciones.
Según el director general de Global Blue, Luis Llorca, “un turista chino o coreano, pongamos por caso, no diferencia entre Madrid o Barcelona. Para él todo es España. Esta percepción evidencia que lo realmente eficaz es remar todos a una a la hora de diseñar las estrategias orientadas a desestacionalizar la demanda y aumentar el gasto por viajero”.