La FSA -fundación sin ánimo de lucro que se presentó la semana pasada y con sede en Bilbao- distinguirá con un sello de calidad a los negocios que protejan a sus clientes frente a las alergias alimentarias. El sello de calidad llevará la garantía de la WAO, la Organización Mundial de la Alergia, que reúne a más de 40.000 especialistas médicos pertenecientes a 104 sociedades científicas de todo el mundo.
La fundación Seguridad Alimentaria y Prevención de las Alergias pretende formar a todos los trabajadores de las empresas, ya sean o no manipuladores de alimentos. El objetivo es evitar al máximo cualquier riesgo de contaminación que pueda desencadenar un brote. Incluirá todos los procesos de la cadena de la restauración e industria alimentaria: organizar el proceso productivo hasta la información final que deberá llegar al cliente. Por tanto, todos los protocolos que deben seguirse en la cocina de un establecimiento hasta la carta o menú, hasta la información que se les ofrece a los propios comensales.
Alergias alimentarias: un problema de "primera magnitud"
La industria alimentaria ha realizado en los últimos años un esfuerzo por adaptar sus sistemas de producción y manipulación a la normativa vigente, una legislación en la que también se ha avanzado mucho tanto en el etiquetado como en el controll de los alérgenos.
Un problema de salud de primera magnitud, que en las últimas dos décadas ha crecido de manera exponencial. Victoria Cardona, jefa de Alergología del hospital Vall d´Hebron, apuntó en la presentación de la FSA que las reacciones alérgicas a alimentos "se han multiplicado por tres en las últimas dos décadas" De hecho, afectan a dos millones de españoles.