Food Service España, se ha reunido recientemente con las principales asociaciones y empresas de la restauración colectiva, a las que han presentado su nueva imagen y estretegia para este año. El colectivo aprovechó la ocasión para presentar sus resultados de facturación en 2019, que llegó a los 3.648 millones de euros, habiendo generado más de 92.000 empleos directos.
Según datos de Insight View[1], la evolución de los datos del sector apunta un moderado crecimiento respecto al ejercicio anterior, con un aumento de la facturación de un 1,7%; mientras que los indicadores de rentabilidad se mantienen en una banda del orden del 2,2% mostrando cierto estancamiento respecto a las ratios de ejercicios anteriores.
Según el presidente de la federación, Antonio Llorens, cada año "exige cada año realizar mayores esfuerzos de inversión en investigación, tecnología y formación para afrontar unos retos cada vez más complejos en términos de seguridad, eficiencia, sostenibilidad y mayor personalización en nuestros servicios, entre otros factores".
En este sentido, LLorens llama a "una mayor corresponsabilidad por parte tanto de la Administración, como de otros agentes que intervienen en el desarrollo del mercado, para asegurar el equilibrio en la evolución de los costes de las empresas y los precios del servicio, así como para seguir impulsando la mejora continua en la calidad, asegurando la sostenibilidad del sector”.
El colectivo contó en el acto con la participación del presidente de CEPYME, Gerardo Cuerva, quien destacóla "gran competitividad y su labor en el cuidado de la salud pública" del sector a través de "una firme apuesta por menús saludables y máxima calidad alimentaria". En opinión de Cuerva, el sector es "un ejemplo real de las consecuencias que puede tener cualquier cambio normativo", incidiendo en "el impacto que la subida del salario mínimo profesional puede tener en sectores como este, tan ligado a contratos públicos con las Administraciones Públicas".
Retos del sector
El desconocimiento del sector, y la consecuente "distorción de su perecpción" por par de usuarios y opinión pública, pone en la mesa la necesidad de "dar un impulso a nuestra comunicación para transmitir tanto los retos que debemos afrontar, como los esfuerzos y la evolución de un sector que nos ha consolidado entre los sistemas de restauración colectiva más avanzados de Europa", señala Antonio Llorens.
A este reto, el presidente de la federación añade factores como el aumento de las intolerancias alimentarias, las crecientes necesidades de individualización por motivos culturales o religiosos o el aumento de los precios en las materias primas como ejemplos que inciden en el aumento de los costes de las empresas. "A estos costes, se suman la evolución de los salarios y otros elementos que no pueden lastrar las inversiones en innovación ni la necesaria evolución en la mejora continua del sector", mantiene.
Para Llorens "es imprescindible que la estructura de costes de las empresas tenga un reflejo razonable en la evolución de los precios y que se contemple en los pliegos de licitación de grandes colectivos como los colegios, las residencias o los hospitales para compartir de forma más eficiente y equilibrada el objetivo común de seguir mejorando la calidad de la alimentación de millones de personas cada día", concluye.
[1] Herramienta analítica de Iberinform, con información económica de empresas y autónomos de todo el mundo.