Los responsables de Paradores, junto con los representantes de los trabajadores de la cadena pública, han decidido cesar la actividad de todos sus establecimientos mientras dure el estado de alarma decretado por el Gobierno.
"Estamos ante un momento absolutamente excepcional y de extrema gravedad que nos obliga a velar por la salud de nuestros clientes y por la de todos los trabajadores de la compañía", señala en una misiva el presidente de Paradores, Óscar López Águeda.
Paradores no recibirán clientes a partir del 16 de marzo, mientras que los ya alojados "serán debidamente atendidas hasta que puedan regresar a sus lugares de origen". En cuanto a las reservas para estos días, "serán anuladas sin que los clientes pierdan su dinero. Se analizarán todas las situaciones, caso a caso, para que ningún cliente con reserva se quede sin alojamiento en caso de que no tenga otra alternativa".
Por otro lado, la cadena ha puesto a disposición de las autoridades sus instalaciones para su uso médico o las necesidades que puedan surgir. Mientras que los excedentes de comida de su centenar de restaurantes, "se donarán a organizaciones sociales para ayudar a los más desfavorecidos y evitar el desperdicio alimentario".
Según anuncia la dirección de Paradores, se mantendrá el diálogo directo y permanente con el Comité de Empresa para minimizar el impacto de las medidas en el empleo.