El método de higienización con ozono ha demostrado su eficacia para combatir todo tipo de bacterias, virus y microorganismos. Se trata de un oxidante que disuelve la suciedad y los gérmenes para posteriomente descomponerse y volver a su estado original.
Sin embargo, también es una sustancia perjudicial para la salud si no se toman las medidas de seguridad adecuadas, ya que es peligrosa por su inhalación, al ser irritante para la piel y porque la exposición prolongada o repetida puede causar lesiones oculares graves.
Para prevenir riesgos en su aplicación como para las personas que trabajan en un establecimiento tratado con este métido, Dräger advierte que es imprescindible que el proceso de desinfección se lleve a cabo por una empresa especializada para ello.
Los expertos en seguridad apuntan cuáles son las precauciones que hay que tener en cuenta cuando se lleva a cabo este proceso de desinfección:
- La aplicación de ozono no puede darse en presencia de personas. Antes de utilizar el área desinfectada hay que ventilar adecuadamente y comprobar los niveles de ozono existentes en el aire ambiente mediante detectores homologados.
- Al mismo tiempo, los profesionales que lo aplican deben disponer de los EPI´s adecuados. Como fabricante, Dräger detalla que el equipamiento de protección necesario se compone de traje químico, protección respiratoria, detector portátil para los limpiadores y el fijo en la sala que se va a desinfectar de manera continua. Todos estos componentes tienen que cumplir con la normativa específica vigente.
- Todos los equipos deben ser limpiados y descontaminados una vez que se lleve a cabo el proceso de higienización. Es importante saber que casi todo el material es reutilizable, excepto los trajes químicos desechables.
- Todo trabajador que utilice equipos de protección necesita de una formación específica para su uso. En ese sentido, la normativa europea exige que los equipos dispongan de un manual de uso.