"Creemos que estos próximos meses la demanda puede ir variando, ser muy fluctuante. En el mejor de los casos, cuando el impacto de la pandemia remita, podremos reproducir el escenario de este verano, en el que muchos viajeros optaron por el turismo rural para disfrutar de sus escapadas", sostiene Ana Alonso, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de EscapadaRural.com.
El último informe del Observatorio del Turismo Rural, iniciativa liderada por el portal en colaboración con CETT-UB, Netquest y Vivential Value, prácticamente la mitad de los establecimientos (45,9%) vieron incrementada su demanda en comparación con las cifras previas a la pandemia.
El estudio, elaborado con la información recibida de 21.250 viajeros y 3.435 propietarios de alojamientos rurales, aporta información revaladora sobre el impacto de la Covid-19 en el sector del turismo rural, así como su comportamiento en tiempos de pandemia.
Así concluye que el 32,5% de alojamientos rurales perdió menos del 50% de las reservas y que solo un 22,8% perdió el total de las mismas, durante el confinamiento que tuvo lugar entre el 14 de marzo y el inicio de las fases de desescalada. Sin embargo, la demanda aumentó por encima de las cifras pre-pandemia durante el verano.
Este dato constata el buen comportamiento generalizado del sector durante el periodo estival, al que se suma otra realidad que es consecuencia directa de la pandemia: la demanda de alojamientos rurales de alquiler íntegro frente a los de alquiler por habitaciones.
Todos los establecimientos rurales se han visto obligados a aplicar los protocolos de reducción de riesgos higiénico-sanitarios por la Covid-19, pero los viajeros rurales han preferido no coincidir con más turistas para reducir los riesgos de contagio. Tanto es así que el 48,7% de los alojamientos de alquiler íntegro afirma haber tenido más demanda que antes de la pandemia frente al 23,4% de alojamientos gestionados por habitaciones que sostiene haber visto incrementada su demanda.
Cambio de hábitos del viajero rural
Preguntados sobre la práctica del turismo rural este verano, el 56,1% de los encuestados afirma haberse decantado por esta modalidad turística, frente al 43,9% que no lo ha hecho. Entre los que no lo han practicado, más de la mitad (51,2%) alega haber tenido que cancelar sus planes de turismo rural a causa de la Covid-19.
Para prácticamente todos ellos el nivel de satisfacción con respecto a la seguridad e higiene de los establecimientos de turismo rural ha sido un éxito, puesto que un 97% indica que se les ha informado y se han cumplido dichas medidas.
Al preguntar a los propietarios de alojamientos sobre la antelación en la reserva, el 85,2% asegura que sus clientes lo han hecho con menor antelación, frente al 14,8% que indica lo contrario. Concretamente, el 39,7% de las reservas realizadas este verano se han efectuado con una o dos semanas de antelación, un tiempo inferior al habitual que suele ser de unos 15 días.
En cuanto a las preferencias de destino de los viajeros, este verano más de la mitad (61,9%) afirma que eligió viajar a un destino fuera de su comunidad autónoma, frente al 38,1% que optó por no moverse de su región.
Los datos coinciden con las respuestas de los propietarios, que confirman que el 53,3% de los clientes recibidos pertenecían a otra comunidad, frente al 34,4% que los habían recibido de la misma. Asimismo, el estudio refleja cómo la motivación principal para elegir el destino de su escapada rural fue la naturaleza con un 68,5%. En segundo lugar, y a mucha distancia se sitúa la cultura con un 9% y la gastronomía (7,1%).
Tendencia a la baja de las tarifas de los alojamientos
En cuanto a los precios de los establecimientos, se observan importantes variaciones en relación a las encuestas lanzadas a viajeros y propietarios rurales en mayo. Mientras en aquel momento el 85% de los entrevistados aseguró que no tenía pensado modificar precios por la pandemia, en el reciente informe este porcentaje desciende al 74%.
La diferencia se ve reflejada en un incremento proporcionalmente mayor (5 puntos) entre los que han incrementado sus tarifas, que actualmente son un 9,8% frente al 4% que respondió en mayo.
Por otro lado, el índice de los que han bajado precios también ha crecido, aunque sólo en 4 puntos (de 11% a 15,35%).