La familia Garrido Rubio sacó al mercado CIPMA I, el primer y único vino blanco seco 100% Pedro Ximénez de Castilla La Mancha, en 2018 con 1.455 botellas que rápidamente se agotaron y grandes elogios de público y crítica.
"La gran aceptación que ha tenido nuestro vino nos ha animado a seguir produciendo con la nueva añada más del doble de botellas, y animándonos a sacar otro vino nuevo del que hemos hecho 2.220 unidades como lanzamiento y que sigue nuestra seña de identidad diferenciadora", adelanta Piedad Garrido, directora de este proyecto e hija de Marisol Rubio.
Las diferencias entre ambos vinos radican en su modo de elaboración, mientras que CIPMA I está fermentado en depósito de hormigón y posteriormente se le aplica una crianza sobre lías en barricas de roble procedentes de los bosques de Kentucky, CIPMA II fermenta directamente en barrica en este caso procedentes de los bosques de Missouri
Ambos vinos con una misma esencia y con denominadores comunes que se pueden apreciar en todas sus fases de cata, pero con un perfil distinto que amplían las posibilidades de maridaje a la hora de sentarse a la mesa.
Una labor que se está viendo recompensada ya no solo en el posicionamiento que ha obtenido dentro de la gran restauración sino con relevantes reconocimientos a nivel regional, nacional e incluso internacional (artículo Jancis Robinson, 90 puntos Parker, medalla de plata en los Premios Gran Selección CCLM, etc).
Notas de cata CIPMA II
- Color: Limpio y brillante. Dorado de buena intensidad con reflejos alimonados
- Aroma: A copa parada aromas anisados (hinojo y cilantro) junto a notas de flores blancas (jazmín) y frutas blancas (manzana golden en sazón) ; Agitando la copa aromas de frutas tropicales maduras (piña, fruta de la pasión, melocotón blanco y guayaba) aflorando rasgos minerales que recuerdan a la tiza y apuntes ahumados de incienso. Los matices especiados de la barrica nueva de grano extrafino acompañan muy bien al peso de fruta con pinceladas de clavo de olor, canela y pimienta. En conjunto, nariz envolvente con buena intensidad, frescura cítrica y golosidad de la fruta madura y la madera nueva de tostado medio.
- Gusto: Expresiva entrada en boca que inunda el paladar con un perfil fresco y cítrico que recuerda a pomelo rosa, citronela y jengibre. Textura sedosa en boca con buena presencia en el paladar debido a su perfil salino. Paso en boca ágil y fresco con buena acidez. Postgusto largo y especiado con recuerdos a fruta tropical madura encontrada en nariz, fruta de la pasión y guayaba y mango, junto con el carácter cítrico y ligeramente amargo de las pieles de pomelo rosa
Historia de Bodegas Marisol Rubio
Bodegas Marisol Rubio nació como homenaje a una madre: Marisol Rubio. Unos hijos, Jorge y Piedad, quisieron homenajear el trabajo y el amor de sus progenitores a la vid y al olivo. Cipriano Garrido ha dedicado toda su vida a cultivar la vid y el olivo en su pueblo natal, Villanueva de Alcardete (Toledo) con un esmero digno de admiración primando siempre calidad frente a cantidad. En estos años el apoyo de su mujer ha sido fundamental.
La vida se la llevó de repente y joven, con 61 años, pero el recuerdo permanecerá eterno con el producto que sus hijos han creado en su honor y que lleva su nombre: Marisol Rubio.
Esta bodega se caracteriza sobre todo por elaborar vinos disruptivos, con la innovación, la calidad, el atrevimiento como seña de identidad. Ahora irrumpe con fuerza en tiempos de coronavirus con este proyecto.