Según Simon-Kucher & Partners los índices técnicos que miden la inflación, aunque sean herramientas importantes para la toma de decisiones gubernamentales y comerciales, no capturan la percepción real del consumidor.
Mientras que la inflación en los sectores del ocio, turismo y restauración se midió entre 2 y 11% al final de diciembre 2021 vs. el año anterior, la percepción del consumidor español es de que los precios han subido muy por encima, entre un 7 y un 16%.
La mayor distorsión entre la medición técnica y la percepción de precios ocurre en el sector de restauración, donde entre los encuestados perciben una inflación 4 veces por encima de la medida por el IPC de Hoteles, Cafés y Restaurantes al final de 2021, que correspondía a un 3%.
El gasto del consumidor se verá afectado sobretodo entre los clientes que acostumbran a gastar menos: un 30% afirma que saldrá menos a comer o pedirá menos veces por delivery y aproximadamente un cuarto de estos consumidores afirman ser más conscientes a la hora de pedir, optando por raciones más pequeñas debido a la inflación.
Desde Simon-Kucher & Partners se estima que, para cada 2% de percepción de precios más altos, se pueden ver afectados negativamente los ingresos de los restaurantes en 1% a 1,5%.
Algunos segmentos de clientes serán menos impactados que los demás, como es el caso de los que tienen mayor gasto. Un ~75% afirma que mantendrá el mismo tamaño de raciones independientemente de las subidas de precios y aproximadamente el 70% mantendrá la frecuencia.
En el sector de turismo, se percibe una inflación media del 16% frente al 11% medido por el índice IPC de Transporte al final de 2021.
En cuanto la disposición general de los encuestados, seguirán pagando lo mismo (60%) o incluso más (~30%) por sus viajes. No obstante, la frecuencia de viajes del ~30% de los encuestados se verá afectada de forma negativa por la inflación.
Por último, en el sector de ocio, la percepción es que los precios han subido un 7%. Al igual que para otros sectores, existe un fuerte contraste con el índice oficial de ocio y cultura, siendo casi 4 veces superior a éste, que apunta a solamente un 1,7% a diciembre 2021.
Nuevamente, el impacto para el consumo de este tipo de actividades no es igual para todos. Los más jóvenes afirman que harán actividades de ocio con mayor frecuencia, pero con menor gasto cada vez que lo hagan, mientras que ocurre lo opuesto para los mayores de 30 años. Eso sí, casi un 70% de los encuestados afirma que en el 2022 concentrará sus gastos en un menor número de actividades de ocio.
En palabras de Miguel Afán, socio de Simon-Kucher & Partners: “Los resultados muestran que es más importante el cómo se suben los precios que el cuánto se suben. Esto tiene implicación directa en cómo las compañías deben gestionar los escenarios de incremento de costes. Hasta ahora, los precios se han subido relativamente poco y bastante mal. Se puede conseguir la defensa del margen y a la vez evitar una percepción negativa del consumidor."