“Garantizar la accesibilidad se convierte en un factor diferenciador, frente a la competencia. Es importante que todos los alojamientos cuenten con un mínimo de medidas accesibles –como rampas o sillas salvaescaleras para evitar desniveles– que contribuyan a mejorar la calidad del servicio. Sin embargo, la tendencia lleva a crear espacios totalmente accesibles para todos y muchos alojamientos ya contemplan este tipo de adaptaciones”, asegura Alberto Badás, marketing manager de Stannah España.
Con el objetivo de conseguir espacios que aseguren la accesibilidad física para personas con movilidad reducida,la compañía especialista en movilidad ofrece 3 consejos fundamentales para cualquier alojamiento vacacional este verano:
Salvar desniveles
Tanto si se trata de alojamientos de dos pisos, como si son hoteles con varias plantas, o un bloque de apartamentos, la medida más extendida es la adaptación para evitar las escaleras. Hay diferentes formas para acabar con estos desniveles. Además de las clásicas rampas, es posible instalar ascensores, incluso dentro de una vivienda.
Stannah propone como solución los ascensores unifamiliares, diseñados para facilitar el transporte vertical en entornos privados, que pueden trasladar hasta 2 personas. O sillas salvaescaleras y plataformas elevadoras que ofrecen máxima independencia, comodidad y sencillez de uso.
Adaptar la zona exterior
Las zonas ajardinadas y las piscinas suelen contar con desniveles y pavimentos poco regulares, que hay que adaptar. También se recomienda crear un camino adaptado, ancho, liso y sin obstáculos, para facilitar el paso. Igualmente, si el acceso a esas zonas se realiza por escaleras, es importante crear itinerarios alternativos o instalar una silla salvaescaleras para exterior, que no se daña con las inclemencias del tiempo.
En el caso de las piscinas, también es posible instalar elevadores y escaleras anchas con pasamanos rugosos antideslizantes.
Eliminar obstáculos
Que los pasillos y otras estancias se encuentren libres de cualquier tipo de obstáculos es fundamental para evitar posibles caídas y facilitar el tránsito. Evitar alfombras o cables sueltos por el suelo también reduce las posibles caídas o tropiezos, recuerdan desde la compañía.
“Aunque la accesibilidad física sea la más visible, es cierto que no hay que olvidar la adaptación de los espacios para otro tipo de accesibilidad, cognitiva o sensorial. Por eso, al igual que instalar sillas salvaescaleras es un avance en esta materia, utilizar textos y carteles que faciliten la comprensión de cualquier persona, resulta también necesario, para avanzar hacia una integración plena de todos los espacios”, concluye Alberto Badás, marketing manager de Stannah España.