Es la primera vez que Bodegas Campillo (Familia Martínez Zabala) produce en formato Nabucodonosor, realizado bajo procedimientos artesanales tanto en la fabricación de la botella, llenado de la misma, etiquetado a mano e incluso en el tamaño del corcho. Para ello, ha elegido su vino Campillo Reserva de 2018.
Es una tirada muy limitada de 49 botellas para eventos de gran diferenciación y aporte de valor en donde se quiere optimizar al máximo el espacio y ayudar a la sostenibilidad por la minimización de los desechos generados. Una de estas botellas puede deleitar los paladares de aproximadamente 140 comensale
El formato de vino más grande
Nabucodonosor es el formato de tamaño mayor existente en la clasificación, originaria de Burdeos, que corresponde a 20 botellas de las denominadas normales de 0,75 litros que encontramos en restaurantes y tiendas de vinos.
Adicionalmente, este tipo de formatos es ideal para una mejor guarda de los vinos, ya que la relación del tamaño de la botella con el corcho permite una perfecta oxigenación de los vinos que consiguen que evolucionen mejor en la botella consiguiendo su máxima calidad y expresión futura.
Campillo Reserva 2028: un vino excepcional
Este vino reserva de la añada de 2018 tuvo una vendimia caracterizada por el óptimo estado vegetativo de la cepa con una uva de alta calidad. Este vino estuvo encubado en depósitos de pequeño tamaño y permaneció durante 22 meses en barricas, en su mayoría nuevas, de roble americano (75%) y francés (25%).
Marida especialmente con carnes rojas a la brasa, pasta con trufa, pescados intensos y algo grasos como atún o bacalao y buenos quesos curados, así como con embutidos como jamón y lomo.
Estos 49 Nabucodonosor están dirigidos exclusivamente al mercado nacional, distribuyéndose en tiendas especializadas y también a la hostelería para restauradores muy concretos que buscan referencias de valor y formatos exclusivos.