El turismo urbano representa el 28,5% del turismo español, de ahí la imporancia que para la alianza Exceltur tiene el análisis de la competitividad turística de los destinos de ciudad.
Para elaborar su informe Urbantur, la agrupación ha evaluado 22 de los principales destinos urbanos españoles, durante el periodo 2016- 2022, en torno a 63 indicadores elaborados a partir de más de 100.000 datos. Esas ciudades representan un 87,2% del total del turismo urbano y un 23% del total del turismo español.
Los seis pilares que se han tenido en cuenta para la clasificación han sido:
- capacidad de atracción de la oferta de productos de ocio
- capacidad de atracción de la oferta de productos de negocio
- condicionantes competitivos del entorno urbano y de la vida local
- Accesibilidad y movilidad
- Gobernanza y gestión estratégica
- Desempeño, resultados económicos y sociales
La clasificación según el indicardor global está encabezada por Madrid, seguida de Barcelona, Valencia, San Sebastián, Sevilla, Palma de Mallorca, Málaga, Bilbao, Santiago de Compostela y Las Palmas de Gran Canaria.
El ránking de destinos urbanos más competitivos se pueden descargar al final de esta noticia.
La explicación de la posición relativa que alcanza cada destino urbano en cada uno de los 6 pilares competitivos y en los 63 indicadores, se pueden descargar en el documento disponible en la página http://www.exceltur.org/URBANTUR/.
¿Qué hace falta para impulsar el turismo urbano?
Además de los resultados, Exceltur aporta una visión general de las políticas turísticas llevadas a cabo en los distintos destinos urbanos para determinar qué se está haciendo y se puede hacer para impulsar la actividad.
Estas son sus principales conclusiones:
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Durante la pandemia, se ha ralentizado el compromiso político en favor del turismo, ante la progresiva necesidad de integrarlo en las políticas municipales dada su incidencia/dependencia sobre múltiples ámbitos de la vida urbana.
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Escasa identificación y anticipación de los nuevos retos y estrategias turísticas de las ciudades, traducido en escasa concreción para garantizar su ejecución (compromisos presupuestarios, plazos de ejecución y puesta en marcha, indicadores para el seguimiento, comunicación a la ciudadanía etc.).
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Salvo para el sector MICE vía los Conventions Bureaus, el fomento de la estructuración de productos y experiencias turísticas más bien de ocio, basadas en las motivaciones de los turistas, buscando la mejor integración empresarial y publico-privada vía clústeres de servicios turísticos (líneas/clubs de producto) sigue siendo muy reducido en la mayor parte de los 22 destinos urbanos analizados.
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La mayor parte de las ciudades han concentrado sus esfuerzos y presupuestos turísticos en el área del marketing y promoción y, dentro de ésta, en el desarrollo de acciones digitales, centradas en redes sociales. Adicionalmente, se han identificado en unas pocas ciudades, algunas iniciativas interesantes en el ámbito del conocimiento y la inteligencia turística, mientras el resto permanece en un estadio basado en el mero uso de las estadísticas oficiales disponibles.
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Escaso aprovechamiento turístico en las ciudades de las apuestas y oportunidades que abre una movilidad urbana más calmada, eficiente y de menor impacto ambiental. Aún son limitados los planteamientos de movilidad para el turismo, que se benefician de los esfuerzos para satisfacer las necesidades locales.
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Se identifican notables apuestas municipales por la mejora de los espacios públicos y la calidad del medio ambiente urbano, como elemento generador a su vez, del mayor atractivo turístico en las ciudades
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Se va percibiendo en más ciudades una mayor sensibilidad respecto a las adversas implicaciones de las viviendas de uso turístico sobre la capacidad de carga de la ciudad y la vida de los residentes, para limitar y anticipar a su vez situaciones de congestión puntual y pérdida de identidad de las zonas de mayor atractivo turístico. Ello se refleja en la extensión de normativas urbanísticas locales para su regulación, que, no obstante. siguen teniendo problemas para velar/exigir su cumplimiento.
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Reducidos esfuerzos públicos y/o público-privados para poner en mayor valor lo que representa el turismo frente a la ciudadanía y elevar el reconocimiento del sector. Escasas iniciativas, para conocer su valoración sobre la incidencia del turismo en su calidad de vida, o para consultarles sobre la estrategia y las futuras acciones más deseables a implementar en el desarrollo turístico del destino.
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Fuerte aumento en las ciudades de la inversión en iniciativas empresariales asociadas a elevar el atractivo del sector turístico en todos los subsectores/actividades de la cadena de valor (hoteles, bares, restaurantes, espectáculos, espacios comerciales, oferta cultural, congresos, convenciones, reuniones de empresa...). Todo ello apoyado a su vez por el sector público y favorecido por las nuevas preferencias de una demanda reposicionada, favorecida por las mejoras de conectividad y por el atractivo creciente de los múltiples recursos turísticos urbanos, gracias a una mayor puesta en valor.
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Aún incipientes las acciones y líneas de trabajo para reforzar y poner más en valor la oferta y atributos singulares y diferenciales, que inciden sobre la idiosincrasia, costumbres y estilos de vida locales.