El título “Impacto de la iluminación en el sector de la hostelería, 2023” elaborado por Roblan, y presentado en colaboración con Hostelería de España, aporta interesantes datos a tener en cuenta a la hora de hacer un proyecto de restaurante o bar o a la hora de plantearse una reforma o renovación. Y es que, además de que un simple cambio de bombillas por otras más eficientes puede suponer un ahorro de hasta el 50% en la factura energética de un establecimiento, los beneficios de un estudio lumínico del local y el diseño de la iluminación ajustada a los propósitos puede incrementar el número de clientes, hacer que éstos alargen su estancia e incluso aumentar las consumiciones.
Los resultados del informe, en el que han participado 400 personas entre 18-65 años, consumidores habituales de hostelería, concluye que para 7 de cada 10, el hecho de tener una buena iluminación es, junto con el olor, un factor más importante incluso que la decoración o la música.
El efecto comienza incluso antes de entrar al restaurante: un 78,1% considera que la iluminación es determinante para encontrar su fachada, con mejor resultado para aquellos que optan por una entrada iluminada, uniforme y cálida en el interior.
En cuanto a cómo afecta la luz del establecimiento en la experiencia culinaria, es importante destacar que para el 62,3% de los participantes, según que iluminación se use, la comida se puede percibir con mayor o menor calidad, mientras que el 56,3% la considera determinante para permanecer más tiempo en el local. Otro dato interesante es que casi la mitad (el 44,5%) dice que incluye en el número de comidas o bebidas que consume.
¿Qué iluminación elegir y por qué?
El estudio de Roblan determina que la iluminación es importante en todos los aspectos: desde la hora de leer el menú o disfrutar de la comida (fundamental para el 88% de los encuestados) a usar los aseos (82,3%). En este último área los expertos recomiendan usar una luz suave y acogedora, de entre 200 y 300 luxes y que no genere sombras en la zona de espejos.
Cualquier iluminación no vale según la situación: el usuario prefiere la tenue para conversar (48%) o encontrar la mesa (34%) y una iluminación mayor para leer el menú (38%).
Tampoco es lo mismo una primera cita, en la que el usuario prefiere una iluminación cálida, nunca excesiva y bien repartida por el local, que genere un ambiente acogedor para dar espacio a la intimidad y el romance; que una saluda con amigos, en la que se opta por restaurantes con poca luz e iluminación, que generan una sincronía entre el espacio y su luz. Por ejemplo, posicionar un foco lumínico puntual y cálido tras las botellas muestra el propósito de un local experto en coctelería; un espacio muy amplio con luces sobre las mesas o grupos de mesas logra generar ambientes individuales entre los grupos de comensales.
9 de cada 10 ha tenido experiencias negativas por una mala iluminación
Según el análisis, una mala iluminación ha llegado a provocar que "el comensal no esté a gusto (41,2%), que esté menos tiempo del esperado en el local (29,8%) o que no pueda ver bien mientras disfruta de su experiencia hostelera (24,5%)”, explica Raquel Pereira, directora de marketing y comunicación de Roblan. Es más, solo uno de cada diez (12,3%) cree que la iluminación no ha sido para nada relevante en su experiencia.
Estudio de iluminación gratuito en días
Roblan lanzará en el mes de abril la campaña “Bares con luz propia” que contempla acciones para mejorar la eficiencia energética y la rentabilidad de bares, cafeterías, restaurantes y demás locales de restauración. "Han pasado momentos duros estos años y creemos que es imprescindible, desde nuestra área de conocimiento, ayudarles a disfrutar de un futuro prometedor realizando cambios en la iluminación de su local”, concluye Pereira.