Los millennials son una generación marcada por su espíritu viajero que se caracteriza por vivir de una manera distinta a las generaciones anteriores. Normalmente, se trata de jóvenes profesionales que deciden ceder algo de confort, para vivir experiencias únicas que se conviertan en experiencias inolvidables. Hay estudios europeos que nos dicen que más del 60% de los millennials de Europa no tiene una relación estable, lo que muchas veces puede dificultar la organización de las vacaciones con amigos; por estar éstos en pareja, tener hijos o, simplemente, por incompatibilidad de fechas.
WeRoad nace para conectar a todas estas personas que, ya sea solas o con amigos, buscan seguir descubriendo destinos para compartirlos con gente nueva con la que poder tejer relaciones como valor añadido a la experiencia. Los viajes se segmentan por edad - 25 a 35 años y de 35 a 49 años-, y en grupos que compartan los mismos intereses, el mismo espíritu aventurero a la hora de viajar, y que además llevan un coordinador/a para que los viajeros solo tengan que pensar en disfrutar.
En cuanto a los destinos más demandados por los millennials, en nuestro caso podemos decir que los que más demanda y éxito tienen son los de aventura. En este sentido, triunfan destinos tropicales y “de verano infinito” como es el caso de Cuba, Tailandia, Costa Rica, Indonesia o Bali. Y es que estamos ante el año de Asia, uno de los viajes favoritos para el 35% de nuestros usuarios. Este es el caso concreto de Japón, segundo destino más vendido de nuestra cartera, donde nuestros viajeros buscan conocer una realidad completamente distinta a la nuestra. También encontramos que están creciendo destinos de mayor proximidad a España como sería Jordania o Marruecos para los que activamos una gran cantidad de viajes durante todo el año.
El WeRoader busca huir de la cotidianidad para conocer experiencias de viaje únicas, locales y auténticas que a la vez sean experiencias flexibles, que puedan personalizar a su gusto y que contengan momentos wow. La WOW Experience, son esas experiencias que forman parte del itinerario, que suponen el climax para nuestros viajeros y normalmente son un punto diferencial. Son sorpresas emocionantes con aterrizaje local o gastronómico y/o en lugares naturales que consideramos muy top. Por ejemplo, hacer trekking de madrugada para llegar a ver el espectacular amanecer en Islandia o vivir la bioluminiscencia nocturna en Costa Rica.