Ya son más de 7.400 los establecimientos, un 95% más que hace un año, los que participan en Hostelería #PorElClima, la iniciativa impulsada por Coca-Cola y Ecodes, que con el apoyo de Hostelería de España busca ayudarlos a mitigar su huella de carbono y ser más eficientes. Esta elevada participación demuestra el interés de bares y restaurantes en ser más sostenibles: ya tienen en marcha cerca de 120.000 medidas, como la implantación de tecnología para reducir consumos.
Para ayudarles, a lo largo de 2023 se han concedido más de 100 bonos climáticos valorados en 1.000 euros cada uno, a través de un programa que ha permitido medir a la huella de carbono de los establecimientos obteniendo un informe detallado con recomendaciones y una hoja de ruta para reducir sus emisiones, además de seleccionar conjuntamente con el establecimiento la tecnología que se implementará con el bono climático. Un año después se vuelve a realizar la medición de huella de carbono para calcular la reducción de emisiones conseguida. Además, Coca-Cola se compromete a compensar las emisiones restantes que no pueden ser reducidas.
"Este programa tiene como objetivo realizar una intervención directa en el propio establecimiento hostelero para ayudar a la reducción de emisiones generadas con su actividad. Además, obtiene datos reales de emisiones del sector y podrá analizar el alcance de los cambios que se realizan", informan sus impulsores.
Caso práctico: restaurante Ovillo
Uno de los establecimientos adheridos a Hosteleria #PorElClima es Ovillo, proyecto del chef y empresario Javier Muñoz-Calero, en Madrid. Desde sus inicios, este restaurante fue diseñado bajo criterios de eficiencia energética y ahorro de costes, pero también ha puesto en marcha 43 de las iniciativas planteadas por el programa, como un sistema de recuperación de agua de lluvia que les permite reutilizarla en baños, para lavar platos o incluso para regar sus plantas, siempre bajo criterios de calidad y seguridad alimentaria definidos por el MAPA.
Además, cuenta con una compostadora eléctrica, que, junto al diseño de técnicas y menús de aprovechamiento, su política de reducción de desperdicio alimentario y la valorización, reciclaje y reutilización de envases, les está permitiendo reducir a mínimos sus residuos. En concreto, Ovillo, en un año, es capaz de compostar 1.400 kg de residuo orgánico, lo que le permite evitar la emisión de casi una tonelada de CO2. O lo que es lo mismo, el equivalente a las emisiones de un vuelo ida y vuelta Madrid- Moscú.
Todo ello, sumado a un uso de energía eléctrica de origen renovable gracias a la consultoría y asesoramiento realizado por Hostelería #PorElClima, ha permitido a Ovillo lograr unas emisiones prácticamente nulas.
En opinión de Muñoz-Calero, “si queremos seguir impulsando la gastronomía española, dentro y fuera de nuestras fronteras, debemos seguir avanzando y trabajando, no sólo por poner sobre la mesa propuestas cada vez más innovadoras, sino por aplicar la innovación en nuestros establecimientos para ser más eficientes y responsables, creando una experiencia diferencial y redonda para nuestros comensales".