De color amarillo paja con tonos dorados y aroma muy personal, su secreto está en el equilibrio entre su contenido natural de azúcar y la acidez, lo que le confiere carácter y encanto, discreta dulzura con auténtica fragancia. Elaborado con una larga crianza de 16 meses en barrica de roble americano, envejece muy bien en botella durante años, perfeccionando ese buen ensamblaje entre la acidez y el dulzor de la fruta madura. Este caldo semidulce ha sido elaborado con los varietales viura (90%) y malvasía (10%), procedentes de una selección de los pagos más idóneos, con cepas viejas, del término de Cenicero (La Rioja).