Sólo hace falta calentarlo y acompañarlo de una salsa y una sencilla guarnición.
Con 10 minutos de calor en el horno o un par de minutos de microondas en caso de urgencia, tenemos una delicia con una carne tierna y sabrosa.
Cada codillo viene refrigerado y envasado al vacío individualmente y tiene un peso escurrido aproximado de 300 gramos cada unidad, una contundente ración.
Su precio es de unos 7 euros el kilo.