Su imagen y su etiqueta, inspirada en las botellas medicinales utilizadas para transportar whiskey durante la última década de 1800, guardan un bourbon elaborado a mano y destilado en pequeños lotes con agua pura filtrada a través de piedra caliza.
Su reposo en barricas de roble blanco americano durante 4 o 6 años y la utilización de más cantidad de centeno de lo habitual, le otorgan un profundo sabor y un color rojizo dorado con notas de vainilla, miel y pimienta.
Bulleit Rye Whiskey, creado en 2001 como resultado de la evolución de Bulleit Bourbon, es en la actualidad la máxima expresión de un whiskey de centeno, ya que contiene hasta un 95% de este grano frente al 51% exigido por el consejo regulador. Una característica que le da un inconfundible final seco y picante, ideal para combinar con cócteles clásicos como Manhattan, Old Fashioned o Sazerac.