Las Winter Ale nacieron en Centroeuropa, extendiéndose posteriormente su receta por el resto del continente, incluido nuestro país varios años más tarde. Su historia se remonta a principios del siglo XX en Bélgica, una de las naciones con mayor tradición cerveza del mundo.
Micro cervecerías locales de Flandes y del área francófona comenzaron a elaborar en el mes de septiembre una cerveza que dejaban en barrica hasta la fiesta de San Nicolás y que, una vez abierta, bebían entre empleados de la fábrica y vecinos del pueblo, vendiendo después los excedentes que hubieran quedado.
Ese fue el inicio de un tipo de cerveza que, con el paso de los años, ha ido definiendo un conjunto de características comunes, como su graduación, siempre superior a 6º, o su carácter especiado, debido a la presencia de especies, hierbas o azúcares fermentables, como la miel.
La Sagra Inverno tiene 6,6%. Se trata de una cerveza tostada de color rojizo con sabor caramelizado y meloso, aroma dulzón y anisado debido a la incorporación de miel y anís en grano en su elaboración.