Los maestros queseros de Dehesa de los Llanos junto con los fabricantes de cuchillos e instrumentos de alta precisión, Arcos presentan una propuesta rompedora para entender el consumo de queso de una manera novedosa y divertida, a la vez que invitan a profundizar en las posibilidades de los quesos.
La girolle para hacer flores de queso
La girolle que inventó Crevoisier para los quesos suizos permitirá crear flores de queso manchego Media Curación Dehesa de Los Llanos que orean esete producto de textura cremosa y lo convierte en un bocado etéreo que permite descubrir nuevos matices y sensaciones.
Porciones irregulares
El Gran Reserva de Dehesa de los Llanos es cortado con la punta, instrumento que se emplea para los quesos italianos y ayudará a partir los bloques del manchego en pequeñas porciones irregulares dejando ver los estratos de un queso perfecto con nueve meses de curación. Su perfil aromático e intenso y su elegancia se amplían con este tipo de corte.
Láminas clasicas
La clásica espátula convertirá cada lámina del Curado Dehesa de los Llanos en un homenaje al sabor de la dehesa, al queso de toda la vida. Su textura se abrirá al paso por la espátula despegando matices desconocidos hasta ahora.
Queso manchego rallado
Con la ayuda de un rallador se podrá degustar como merece una de las partes más sabrosas y de mayor concentración de sabor: la pleita, parte vertical marcada por un trenzado en la corteza.
El falso mito sostiene que la corteza del queso no se come. Las condiciones higiénico-sanitarias en las que se curan los quesos de Dehesa de Los Llanos, los mohos naturales que colonizan la corteza, así como el cepillado exhaustivo con aceite de oliva virgen extra de los olivos de la finca, garantizan la plenitud de su consumo. La corteza concentra los sabores multiplicados por dos.