El poliéster es más barato y no se arruga, pero los problemas derivados del uso de esta fibra sintética se advierten desde distintos ámbitos. En cuanto a sus consecuencias para el planeta, el Parlamento Europeo alerta de que el lavado de ropa sintética representa el 35 % de los microplásticos primarios liberados en el medio ambiente. Una sola carga de ropa de poliéster puede verter 700.000 fibras micro plásticas que pueden llegar a la cadena alimentaria. Estas diminutas partículas escapan a la mayoría de las plantas modernas de depuración de aguas. Además, no son biodegradables. Una vez retirado, tarda entre 20 y 200 años en degradarse frente al algodón, que tarda 1 y 5 meses, dependiendo de las condiciones ambientales.
Respecto a sus efectos nocivos para la salud, la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, después de analizar la composición de casi 150 prendas distintas, de diferente origen, procedencia y marca, encontró que muchas de ellas contienen metales que en contacto con la piel pueden resultar tóxicos. Los efectos del antimonio en contacto con la piel se traducen en afectaciones dérmicas, así como problemas en el tracto gastrointestinal y al aparato reproductor.
A nivel estético, en el poliéster, el sudor genera manchas amarillas y malos olores. Actúa como “una barrera de plástico” que no absorbe el sudor y tampoco lo deja pasar, por lo que se queda en la piel, dando lugar al acumulo de bacterias.
Alternativa al poliéster en uniformes de hostelería
Si estás pensando en decir adiós al poliéster en los textiles de tu establecimiento, Deleite Wear ofrece una alternativa sostenible partir de algodón seleccionado entre las sábanas de hoteles de lujo y de 300 hilos, una calidad superior a la que se puede encontrar en la camisería de las tiendas habituales, que suelen ser de 150 hilos.
Las prendas que se confeccionan con este algodón son totalmente transpirables, necesitan menos lavados y no dejan manchas de sudor. Al utilizar tejidos de máxima calidad sin generar nuevas fibras, se contribuye de manera importante a preservar el medio: sólo con una camisa se están salvando 3.200 litros de agua, lo que se bebe en 5 años, a la vez que se evitan emisiones CO2.