El movimiento de hábitos saludables y consumo responsable en el sector hostelero ha servido para rescatar el valor de los platos elaborados con materias primas naturales, sin artificios. Tratar directamente con los productores y elaborar ‘menús sostenibles’ a partir de productos ecológicos, además de ser un motivo para colgarse la etiqueta de ‘restaurante verde’, supone un interesante ahorro a tener en cuenta.
Según datos de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, la venta directa bajo el modelo de comercialización de productos ecológicos –sin abonos ni pesticidas químicos ni semillas genéticamente modificadas– por canales cortos reduciría hasta el 50% en el precio final de estos alimentos.
A la hora de realizar una ‘compra ecológica’ el restaurante debe establecer “los proveedores necesarios para corregir su oferta gastronómica. En este sentido, es muy importante exigirles los registros de acreditación y trazabilidad de los alimentos que compra”, señala la nutricionista y especialista en restauración comercial, Yolanda Sala.
Asimismo, es fundamental que se establezcan las medidas necesarias para su óptima conservación, ya que es diferente a la que se utiliza para la oferta común. Tampoco podemos obviar las técnicas culinarias para realzar y aprovechar al máximo las cualidades organolépticas de estos alimentos.
Una vez hecho este esfuerzo, esta nutricionista recomienda ponerlo en valor con una marca que ya existe en el mercado para certificar que es un producto ecológico y que se puede colocar en la carta o menú. “Además, sería conveniente ofrecer una información complementaria sobre estos ingredientes al cliente”, aconseja.