Pese a ser fundada en 1968 por Luis Alegre, fue en el 1999, con la incorporación de Alejandro Simó al proyecto, cuando Bodegas Luis Alegre comienza a crecer en términos de calidad.
Su viñedo se extiende al abrigo de la Sierra de Cantabria, en la Rioja Alavesa, 52 hectáreas de viñedos en propiedad y otras 40 controladas por ingenieros agrónomos; repartidas entre cuatro municipios con características completamente diferentes pese a su cercanía. Un factor que hace que cada uno de sus vinos sea completamente diferente.
De hecho, en palabas de Simó, el principal hito de la bodega ha sido hacerse con viñas muy bien seleccionadas. "Parte de mi formación fue en Francia y allí no se considera bodega a quien no tenga viñedo propio; y en La Rioja apenas hay; la mayoría está en mano de agricultores, lo cual tiene sus ventajas y sus inconvenientes", reconoce.
Agrónomo de profesión, su pasión por su trabajo le llevó a aumentar la mesa vegetal de la que disponían; pero además introdujo el punto diferenciador con la gestión propia de sus barricas. "He tenido la gran fortuna de trabajar 18 años en el sector tonelero, seis años en el Grupo Radhu ubicado en Cognac, líder mundial en la fabricación de barricas de calidad, y luego fundé la Tonelería Quercus, en Lapuebla de Labarca", comenta el experto.
Todo ese conocimiento le proporciona acceso a los mejores aserraderos, tanto europeos como americanos, madera de la que disponen para crear las barricas en las que crían sus vinos.
El reto de futuro de la bodega son los vinos de finca, "es lo único que pueden ssacar adelante a las bodegas pequeñas, con las cosas muy bien atadas, viña propia, un gran parque de barricas, un control exhaustivo de pequeñas producciones y grandes controles".
En el vídeo al final de este reportaje, hacemos un repaso a tres de sus más apreciados vinos: el Parcela n.5; el Gran Vino “Pontac de Portiles” y Finca La Reñana Blanco de Guarda.