La esencia de un hotel rural y/o un hotel de montaña reside en su capacidad para fusionar comodidad, calidez y una estética que refleje la belleza natural del entorno en el que se ubica. Por ello, el interiorismo textil resulta crucial en este equilibrio, con el fin de crear ambientes que invitan al descanso y al disfrute de la naturaleza.
Carmela Martí Decoración desglosa cuáles son los elementos textiles esenciales para lograr dicho efecto, enfatizando en la calidad, la naturaleza y en la propia idiosincrasia de estos establecimientos hoteleros:
1. Tapicería para crear un espacio confortable
La elección de la tapicería en los hoteles rurales y de montaña debe priorizar dos aspectos: la durabilidad y el confort. Para ello resulta fundamental la calidad de los materiales, así como texturas ricas y agradables al tacto. De esta manera, el huésped se siente en un ambiente cálido, sobre todo en épocas invernales, y, además, la tapicería resiste bien el desgaste. En este sentido, hay que tener en cuenta que muchos de estos establecimientos se hallan en zonas propensas a la práctica del esquí, por lo que los tejidos deben resistir el paso de estos equipos.
2. Ropa de cama
Los elementos textiles para la cama deben garantizar la comodidad en las noches más frías. Así, la habitación debe incluir mantas, nórdicos y colchas, teniendo en cuenta también la época del año, ya que en verano también hay una gran afluencia de visitantes. Carmela Martí recomienda el uso de estos tres elementos textiles, ya que depende del gusto del cliente: hay quien prefiere la suavidad de una manta, el microclima que recrea un nórdico o cubrirse también con una colcha.
3. Cortinas funcionales y estéticas
Las cortinas cumplen la función práctica de regular la luz y proporcionar privacidad, pero también son un aspecto clave en la decoración de una habitación. Para los hoteles rurales y de montaña se puede optar por materiales con apariencia más natural, que armonicen con el entorno y ayuden a crear una conexión más fluida entre el interior y el exterior. Asimismo, aportan un plus de bienestar a la habitación, haciéndola más acogedora.
4. Alfombras para sentir la calidez en los pies
En hoteles ubicados en la alta montaña, las alfombras juegan un papel fundamental para guardar el calor y evitar que el suelo esté extremadamente frío. Los diseños pueden evocar la naturaleza con colores tierra, verdes suaves o tonos neutros, integrando motivos naturales o, incluso, patrones relacionados con las tradiciones de la zona.
5. Accesorios textiles que hablen del entorno
Cojines, plaids y otros complementos textiles son los detalles que pueden transformar el espacio y dar ese toque diferenciador. Para ello, se pueden combinar colores y texturas, poniendo especialmente énfasis en la naturaleza, y siguiendo las señas de identidad del hotel rural y de montaña. Además, este año, una de las tendencias más destacas es el uso de estampados florales y de hojas, por lo que casa a la perfección con este tipo de establecimientos.
6. Una paleta de color inspirada en la naturaleza
Al hilo de lo comentado en el punto anterior, la gama cromática debe ser acogedora y relajante; colores suaves mezclados con un verde bosque o un azul profundo suponen un acierto seguro. Incluso se pueden complementar con colores cálidos como el ‘peach fuzz’ o el rojo terracota, de manera que el huésped se sienta en una atmósfera que invita a la desconexión que proporciona la naturaleza.