Guia Repsol ha localizado este año más de 300 chiringuitos, heladerías, bares, cafeterías, vinotecas y cocinas de ´fast good´ a que descubrir estas vacaciones. Son los nuevos Soletes del verano, y se suman a los más de 3.000 establecimientos a los que los expertos han dado esta distinción y todos ellos se pueden localizar en la nueva aplicación lanzada por la empresa.
Esta nueva herramienta ayuda a los usuarios a descubrir planes para sacar partido a sus viajes por España y les ayuda a acertar en la elección del chiringuito o terraza en la que disfrutar de sus vacaciones. Su geolocalizador señala instantáneamente los puntos de interés y los Soletes en los que hacer un alto en el camino. Su buscador de filtros permite ver sólo lo que realmente se busca y para facilitar la planificación, la aplicación cuenta con función de guardar y compartir.
Qué son los Soletes Repsol
La distinción más joven e informal de Guía Repsol ya cumple ocho entregas y más de 3.300 negocios cuentan con su pegatina amarilla en la puerta del local. Además de las dos anteriores ediciones estivales centradas en chiringuitos y heladerías, los Soletes dieron a conocer guisos y barras reconfortantes para el otoño, sitios de carretera donde parar es un gusto, lugares de barrio que reivindican el día a día, y rincones para perderse descubriendo el mundo rural. Ahora, revolucionan el verano con una propuesta variada y muy fresca.
Los locales más ´in´ del verano
Mesas al aire libre en un molino de Albarracín, el corral de una venta centenaria en Toledo, un parque infantil en una ferrería guipuzcoana del siglo XIII o el patio de un antiguo cuartel de la Guardia Civil en Soria dibujan el mapa de Soletes Repsol para este verano.
También salen a la luz Soletes en los que la experiencia trasciende lo culinario, como una granja ecológica en La Vera cacereña, una mielería en un pueblo de La Rioja o la batea de ostras más antigua de Delta del Ebro.
Entre los nuevos Soletes del Verano tampoco faltan los chiringuitos donde sentir la arena entre los dedos y la brisa salada en la cara, las terrazas en ese valle perdido que tenías tantas ganas de conocer o las azoteas con una panorámica increíble de la ciudad.