El sector turístico y hotelero enfrentó un desafío sin precedentes durante la pandemia. En esos meses de incertidumbre, el lema "Yo me quedo en casa" –que resonaba en todos los rincones del planeta– cayó como una losa en la industria, generando temores y preocupaciones que aún persisten en la mente de muchos.
Como resultado, surgieron nuevas formas de viajar consideradas más seguras o, al menos, con menos contacto interpersonal. El auge de las viviendas turísticas, las autocaravanas y las furgonetas camper generó una competencia sin precedentes en el sector. Los viajeros comenzaron a buscar alternativas con mayor privacidad, control y tranquilidad durante sus estancias. Ahora, superada la crisis pandémica, los hábitos de muchos viajeros han permanecido en esta forma alternativa de viajar.
Por ello, los establecimientos hoteleros "tradicionales" se enfrentan a una presión competitiva sin precedentes, lo que ha generado la necesidad de reinventarse y adaptarse a las nuevas tendencias y preferencias del mercado. Pese a todo, y lejos de sucumbir ante las dificultades, han logrado salir fortalecidos y reinventarse.
Digitalizarse para avanzar, sin olvidar el toque humano
El sector hotelero está viviendo un nuevo renacer con la transformación digital como bandera, la cual se ha convertido en una necesidad para impulsar la recuperación económica y competir con los nuevos ´players´: automatización de tareas repetitivas, servicio de auto check-in, entrada autónoma digital son algunas de las acciones que han emprendido los establecimientos hoteleros en su camino de digitalización para optimizar la productividad.
Sin embargo, existe un debate constante sobre si esta revolución tecnológica desplazará por completo el factor humano y su esencia en la industria de la hospitalidad, donde la atención al cliente y la vocación de servicio, a menudo, marca la diferencia entre una vivienda turística o en un alojamiento hotelero. Pero lejos de ser una amenaza, la digitalización y la implementación de software de gestión en hoteles ofrecen una oportunidad única para potenciar y enriquecer el trabajo humano en un entorno cada vez más competitivo.
Como ya adelantamos, la adopción de software de gestión en hoteles permite la automatización de tareas operativas, liberando así al personal de las actividades monótonas y repetitivas. Esto no implica la eliminación de los roles humanos, sino más bien la redistribución de responsabilidades. Los empleados pueden dedicar su tiempo y energía a ofrecer un servicio personalizado y de calidad a los huéspedes, creando experiencias memorables que solo las personas pueden ofrecer.
Gestión hotelera con un solo clic
La digitalización en la gestión hotelera posibilita la optimización de procesos y la eficiente gestión de recursos. Un sistema centralizado de gestión permite una mejor coordinación entre los diferentes departamentos del hotel, obteniendo una mayor eficiencia y productividad. Por ejemplo, mediante estos software, es posible planificar la asignación de habitaciones y utilizar el Rack para optimizar las tareas de acondicionamiento de las mismas. Esto beneficia tanto a la empresa - al evitar errores en la asignación de habitaciones, por ejemplo- como al personal, al poder dedicarse, como ya se ha mencionado, a tareas mas gratificantes y que aporten valor.
La automatización ha transformado de manera significativa otros puntos críticos en los hoteles como son el check-in y check-out. Funciones como el auto check-in, la lectura digital del DNI con extracción de datos o la facturación y contabilidad se pueden llevar a cabo de forma automatizada, agilizando el proceso en su totalidad.
Otro gran ejemplo sería el uso del CRM. Gracias a éste, los hoteles pueden conocer mejor a sus huéspedes y anticipar sus necesidades y preferencias.
Dos simples ejemplos de cómo la tecnología permite a los empleados ofrecer un servicio personalizado y diferenciado, fidelizando así los clientes y generando reputación positiva, clave para propiciar la recomendación a nuevos clientes.
Así las cosas, la tecnología se presenta como un aliado que complementa la labor humana, pues actúa como herramienta de automatización, de recolección de datos y de alineamiento de todo lo que ocurre en un hotel, permitiendo a las personas dedicarse a mejorar la experiencia de los clientes, adelantarse a sus necesidades y a ofrecer la parte emocional tan importante en los viajes.